Estaba haciendo mi repaso habitual por los medios cuando he visto un post intentaba quitar excusas a la gente que no hace deporte por razones de lo más variopinto y me acordé de un personaje, o mejor dicho, de toda una personalidad que conocí en Instagram.

No es lo mismo hacer ejercicio que hacer deporte, supongo que estaremos todos de acuerdo. La sutil diferencia es que ejercicio es algo que ejercita los músculos y poco más, y el deporte es una estructura reglada, organizada y que suele tener torneos que implican una clasificación.

Es verdad, este Domingo volví de Bolonia más contento que un niño con zapatos nuevos. Fueron cuatro días muy intensos y con un trabajo duro y largo, pero me encantó todo lo que hice y a toda la gente que conocí, pero como siempre hay un pequeño problema. Miramos que tiempo haría y el señor del tiempo nos seguro por sus isobaras que la temperatura media sería de 21 grados, y yo me fui en modo primavera y no veas la rasca que pegaba, el resultado, que ayer por la noche el constipado que debí cultivar en Italia ha brotado.

Soy un fan del conocimiento, me encanta aprender cosas nuevas, tener datos, estudios, estadísticas sobre todas las cosas que te puedas imaginar. Esta curiosidad infinita siempre se basa en dos principios básicos, que el conocimiento ha de ser libre pero ha de ser valorado. Esto significa que todos deberíamos de poder acceder al conocimiento siempre y cuando este sea, no solo valorado, sino conseguido.

Llevo un tiempo escribiendo por encargo y por obligaciones de trabajo, falta de tiempo y que encima me ha dado por volver a jugar a basket con los padres del colegio, no he me dejado llevar por este teclado. Pero hace ya unos días que tengo el gusanillo, el paso del tiempo que ha acumulado posos que necesito sacar y esta es mi mejor herramienta, que desoyendo consejos, digo lo que pienso y luego me toca cargar con las consecuencias.

Estaba haciendo mi repaso habitual por los medios cuando he visto un post intentaba quitar excusas a la gente que no hace deporte por razones de lo más variopinto y me acordé de un personaje, o mejor dicho, de toda una personalidad que conocí en Instagram.

Acabo de volver de Italia y lo primero que quiero decir es que he disfrutado como un loco de la comida, era absolutamente fantástica: rissottos, pasta y todo lo que os podáis imaginar de la comida italiana. No he desperdiciado ninguna ocasión para probar como es la cultura gastronómica en ese lugar.

Cuando me pongo a pensar en mis capacidades tengo que aceptar que mi ignorancia es casi enciclopédica. No me entendáis mal, soy un profesional extraordinario y creo que de los mejores de habla hispana -si, no tengo abuela-, pero hay tantas áreas en la que soy un total ignorante y a veces me asombro de lo poco que sé comparado con el total de conocimiento que existe.

Uno de los principios de la economía de mercado debería de ser la simetría de la información. Según este criterio las dos partes implicadas debe tener toda la información relevante a la hora de realizar el intercambio de bienes y servicios, pero no siempre -por no decir nunca- se da esta situación, de hecho, lo más habitual son las situaciones con información asimétrica.

Este verano he estado leyendo el libro El Cerebro Idiota, soy consciente de que no es la típica lectura veraniega pero como la cabra tira al monte, me dio por profundizar un poco sobre neurociencia y porqué a veces somos como somos. Uno de los puntos que queda meridianamente explicado en este libro es que nos mentimos constantemente, no con mala fe, pero si para adecuar nuestro ego a la realidad que nos rodea.