
Hay un aspecto en el baloncesto de base que me gusta mucho, todos los jugadores han de saltar a la cancha y disputar al menos dos cuartos. Es interesante porque al entrenador le obliga a pensar como distribuir de la forma más eficiente sus recursos, y los niños tienen la posibilidad no solo de entrenar, sino de descubrir la diferencia entre un entreno y un partido.