Nuestro invitado, de 54 años, comparte su experiencia como entrenador de baloncesto formativo. Aunque nunca había estado en el lado de los entrenadores, decidió obtener el título necesario para entrenar a niños. Su motivación surgió al ver a sus dos hijas interesarse por el baloncesto. Sin embargo, en su área, la falta de entrenadores es evidente, y con el mínimo título, cualquiera puede entrar en el mundo del entrenamiento.
Cuestiona la verdadera capacidad que otorga el título en el baloncesto formativo. A pesar de los desafíos, está comprometido con su labor y sigue adelante. Su visión crítica sobre la formación de entrenadores y la dedicación necesaria para el desarrollo de los jóvenes jugadores es un tema relevante en el mundo del baloncesto base.
Hoy, con todos nosotros, Cambiar el basket formativo, ahora llamado Carpe Diem.
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