Es importante el formarse e ir a clínica, pero la gracia también reside en charlar con los entrenadores que van, en la comida después del evento o en las cervezas compartidas y el intercambiar experiencias.
Es partidario de no ser fanático y ve claro que el trabajo global y analítico es necesario, y que cada cual se decanta más a un lado y a otro en función de sus propias filosofías. No se declara muy fan de hacer juegos, pero si se involucra a fondo en los entrenos charlando, cambiando, corrigiendo y dando feedback a todas sus jugadores. Lo importante es que la jugadora sea feliz, disfrute y entonces, repita, vuelva y quiera más, porque los niños no son tontos e ir a sufrir sin sentido no les atrae mucho.
Enseñar, insistir y exigir podría ser su filosofía.
Sobre el pase cree que es difícil entrenar, pero a ciertas categorías el bote es mucho más necesario y cree que se entrena usándolo más que con ejercicios concretos. Es muy fan de la defensa pero es consciente que lo que se valora es meter la canasta, pero ojo, sin saber defender no se puede llegar a la élite, sea esta de autonómica, nacional o ACB. Le gusta la defensa porque todos pueden defender, el tema técnico es menos relevante y la actitud es un factor más relevante -junto al físico-. También cree que el no pasar es más cosa de niños, según su experiencia entrenando chicas. Puede ser la influencia de USA en el 1c1.
Hay que saber diferenciar error y fallo y no dejarse llevar por las ganas de ganar, saber entrenar es centrarse en lo relevante a medio/largo plazo.
Hay un falso debate entre volumen y calidad lo importante es el equilibrio. Con tiempo, lo mejor es que haya volumen, pero sin tiempo hay que ir a mejorar el gesto técnico, porque sino lo dominas no lo vas a usar. La incertidumbre y su gestión crece en importancia a medida que subes de categoría y de nivel, en categorías inferiores, hay que centrarse en otros temas.
La gestión de vestuario es clave porque te da la respuesta a de porqué algunos jugadores no reciben balón, los grupos, las relaciones, influyen en la construcción del equipo.
Dar un espacio para probar, ya que ahora los niños no tienen ni tiempo ni sitios para hacer locuras. No le gusta mucho 5c5 y prefiere entrenar 3c3. A veces les deja un 5c5 y no interviene para que los niños suplan el no tener “calle”.
Cuando un jugador está muy por encima de su edad, hay que darle un espacio donde pueda seguir creciendo y no se acomode, pero a la vez, hay que conseguir que los niños disfruten y no pasarse de exigencia.
Cuando se empieza es bueno estar de segundo con un entrenador que sepa enseñar, no solo a jugadores, sino también a sus segundos. Viendo come se planifica, como se corrige, etc… y además, es importante que los entrenadores de los equipos buenos también entrenen a los más sociales, para crear club, tener los pies en el suelo y demostrar a los padres, que son los que pagan, que todos son parte de la estructura.
Hemos de ser personas de baloncesto, no es preparar el entreno e irse, hay que hacer más cosas y ser parte de la estructura recogiendo material, ayudando, hinchando balones y ser humilde.
Hoy, con todo nosotros, Robez
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